¿De qué trata el libro?
“No se puede vivir del amor”, canta Calamaro. Y por supuesto, de ese amor no se puede vivir. Para las mujeres ha sido un flagelo. Una razón edulcorada para mantenerlas silenciadas, sometidas, entretenidas, adoradas. Las ha llevado al suicidio y al crimen. Las ha hecho coquetear con la locura. Las ha vuelto vulnerables, mucho más manipulables. Las ha hecho mentir, ocultar, tolerar la violencia. Las ha hecho beatificar la agresividad del amor romántico. Su pasión. Su sacrificio. Los hombres sufren, los hombres enfurecen. El amor romántico obsesiona. Y tiene buena prensa.
Además de alzar la voz por una desmitificación y un cambio urgentes, el manifiesto de Carla Castelo recorre poesías, canciones, películas, novelas que construyeron esta ficción que nos atraviesa y que todavía hoy glorifican el amor romántico como un amor perfecto. Como si Shakespeare no nos hubiese alertado de que el amor romántico termina irremediablemente mal. Como si las pruebas no estuviesen a la vista.
Muero por ti. Muero en ti. Mato por ti. Te mato. Cualquier opción es trágica. Sin embargo, hay hombres y mujeres jóvenes que ya no se dejan encandilar con el amor posesivo. Que lo increpan. Que lo cuestionan. Que viven más fluidamente el amor. Hacia el final, el libro ilumina también a estos jóvenes: “Hay que aprender de ellos, hay que educar en un amor diferente”, dice. ¿Cuánto dolor nos causa que no llegue aquella llamada telefónica? Mientras nos deconstruimos, empecemos a alzar la voz.
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